El papa Francisco celebró el miércoles su primera audiencia general pública, tras casi seis meses de interrupción debido a la pandemia del coronavirus.
Francisco aprovechó su audiencia del miércoles para pedir solidaridad como forma de salir de la crisis.
“La actual pandemia ha destacado nuestra interdependencia: Todos estamos conectados entre nosotros, para bien o para mal”, dijo el papa.
“Para salir de esta crisis, mejores que antes, debemos hacerlo juntos, todos nosotros, en solidaridad”, añadió.
Unos 500 fieles asistieron a la audiencia en el patio vaticano de San Dámaso.
Bajo estrictas medidas de seguridad, los fieles se sentaron en el patio manteniendo la distancia social y debían llevar mascarilla. El papa no llevaba mascarilla para dirigirse a la gente, se mantuvo a una distancia segura de los asistentes, que coreaban y le saludaban.