Redacción/@elnacionalred
El papa Francisco clamó contra la corrupción que “apesta y roba la esperanza” a generaciones enteras durante su visita este sábado a Nápoles, en el sur de Italia, e instó a sus habitantes a reaccionar contra la Camorra y el “cínico comercio de la droga”.
Acogido triunfalmente por cientos de miles napolitanos en todos los lugares que visitó, Francisco quiso detenerse en dos sitios emblemáticos: el barrio pobre y minado por la mafia de Scampia y la superpoblada cárcel de Poggioreale, donde almorzó con 120 detenidos, transexuales y emigrantes.
Desde Scampia, rodeado de miles de personas, entre ellas numerosos niños, el papa argentino lanzó uno de sus discursos más duros y directos contra los grandes males de Italia: corrupción, desempleo y abandono de los migrantes.
“Cuánta corrupción hay en el mundo”, dijo. “La corrupción es sucia y la sociedad corrupta apesta. Un ciudadano que deja que le invada la corrupción no es cristiano, ¡apesta!”, dijo usando palabras en napolitano e improvisando en varias ocasiones.
En un discurso apasionado, de los seis programados durante su permanencia de un día, el papa invitó a los napolitanos “a no dejar que la corrupción y la delincuencia desfiguren el rostro de esta bella ciudad”.
“La vida en Nápoles nunca ha sido fácil, pero tampoco ha sido nunca triste. Vuestro gran recurso es la alegría”, dijo desde el barrio que registra el récord de desempleo de Europa (61%), dominado por la temida mafia de napolitana.
“Aquí se ha intentado crear una ‘tierra de nadie’, para arrancar todos los valores. Un territorio en manos de la llamada microviolencia. Siento vivamente este drama”, reconoció el pontífice latinoamericano, muy sensible a esos a temas sociales.
El Papa insistió a la gente a mantener la esperanza, finalmente se tomó selfies con algunos, pidió a los jóvenes que elijan el camino de la educación e invitó a los napolitanos a acoger a los migrantes.