El Papa Francisco ha aceptado las renuncias de tres sacerdotes, uno de ellos siendo reconocido como el centro del escándalo de abuso sexual en Chile, iniciando con la limpieza de la Iglesia Católica en un país donde había sido dañado por una gran cantidad de abusos y acusaciones de encubrimiento.
La declaración fue proporcionada por el Vaticano en la que se aseguro que el Papa acepto las renuncias del obispo Juan Barros de Osorno, el obispo Gonzalo Duarte de Valparaíso y el obispo Cristian Caro de Puerto Montt.
El obispo Barros, es quien se ha encontrado en el centro del escándalo de Chile desde que Francisco lo nombró obispo de Osorno en 2015, aún teniendo objeciones por parte de fieles locales, asesores de prevención del abuso sexual y algunos otros obispos en Chile.
Los opositores cuestionaban lo idóneo que seria Barros para liderar ya que anteriormente había fundido como teniente del sacerdote depredador más notorio de Chile, siendo acusado por las víctimas de presenciar e ignorar su abuso.
Tras la remoción de Barros, no se hicieron esperar las reacciones de los sobrevivientes de los abusos y los católicos de Osorno.
“¡Ha comenzado un nuevo día en la Iglesia Católica de Chile!”, escribió Juan Carlos Cruz en su cuenta de Twitter, quien es sobreviviente de abusos y que denuncio a Barros durante años, presionando al Vaticano para que tomaran medidas.