Escrito por Edgar Martínez

El Alz Heimer sería la “solución” para tratar de olvidar esta última semana para el equipo felino, pues ni clásico, ni Conca y a casi nada de quedarse sin liguilla.

Parece ser que los colores azul y blanco son un gran némesis para los Tigres, ya que prácticamente estos siete días se pintaron de estos.

Tres juegos importantes, y desde el principio se planteó ganarlos todos, pero… ¿qué sucedió?, ¿qué ocurrió con esa mentalidad ganadora?, ¿que pasó con esa contundencia que los felinos venían demostrando ante Pumas y Chivas?

Pareció ser solo un espejismo, pero no, esta historia es la de siempre. A Tigres se le complica mucho abrir equipos “ratoneros” que vienen al ‘Volcán’ a achicarse, en este caso, los “Tuzos” tenían un objetivo en mente: El gol de visitante.

Ese gol que fue tan circunstancial y tan perjudicante para Tigres, que se cansó de no atinarle al marco protegido por el jóven Blanco. El duelo de vuelta fue otro, Pachuca fue más comprometido y audaz en el ataque, eso sí, dejando jugar al equipo de Ferretti, quienes también tuvieron sus jugadas peligrosas.

A “Chucky” Lozano no le gusta que le peguen, pero le gusta pegar. El problema es que sus “pataditas” no son tan rigurosas como las que a él le dan, su capacidad y agilidad sacó de quicio a la defensa felina, que se vio en desventaja con amonestaciones a Torres Nilo, Juninho, “Chaka” Rodríguez y Guido Pizarro, éste último saliendo expulsado.

El “Conde”, parecía querer más venganza por el golpazo que se dio en el encuentro de ida –  más que ir a jugar. Ya con 10 hombres, Pachuca aprovechó cada espacio, hasta el gol de Franco Jara al 82:21´. Merecido o no, los “Tuzos” son campeones porque jugaron a ganar, no al empate.

Esto nos recuerda que los hidalgueneses son el “eterno coco” de los equipos locales, ya que tanto a Monterrey como a Tigres, Pachuca les ha ganado todo, desde ligas, hasta eliminatorias, agregándole ya una Conca a la lista.

Si a esta tragedia, le sumamos la derrota en el Clásico Regio 110, podemos decir que fue un total fracaso lo planteado esta semana, pues no se ganó ningún duelo, registrando dos derrotas por la mínima y el empate a un tanto en la ida por la Conca.

Lo peor es que los Tigres se juegan su pase a la liguilla esperando que el rival de arriba no gane, ¿y adivinen cuál es ese equipo? Obvio, el Pachuca, que parece tener una maldición a su favor entre los equipos regiomontanos, y más contra los felinos. ¡Esto ya se ha visto!

Esta es la tercera vez consecutiva que los felinos arrancan el primer semestre del año perdiendo una final. Desde el 2015 se está volviendo una costumbre, comenzando con la final de la Libertadores perdida frente a River Plate, después la Conca ante América y esta última con los “Tuzos”.

La ventaja es que en las dos anteriores, los felinos dan el alza en el segundo semestre del año, es decir, en los torneos Apertura, debido a que es en esas etapas cuando logra “encontrar” su futbol, se refuerza o descansa – quien sabe, pero logran repuntar. Sino me creen, chéquenlo por sí mismos:

AÑO 2015: Enero/Mayo (Clausura): Subcampeón en la Libertadores ante River, eliminado en cuartos de final por el Santos Laguna.
Agosto/Diciembre (Apertura): Avanzando a fases finales de la Concachampions, Campeón de liga.

AÑO 2016:Enero/Mayo (Clausura): Subcampeón en la Concachampions frente al América, eliminado en cuartos de final por el Monterrey.
Agosto/Diciembre (Apertura): Avanzando a fases finales de la Conca, campeón de liga.

AÑO 2017: Enero/Mayo: Subcampeón nuevamente de la Concacaf, con esperanzas de liguilla .
Agosto/Diciembre (Apertura): ¿?

Esta maldita costumbre nos hace preguntar ¿porqué no ganar todo en el año? Pero bueno, a veces el equipo se cansa, son humanos. Aunque se supone que para eso son profesionales y por lago existen los refuerzos, los cuales en este equipo están repletos de ellos.

Haber que pasa a finales de este semestre, y si se logra clasificar. Todo depende ya no de ellos, sino de Pachuca y otros más.