Nuevas sanciones fueron aprobadas por el Consejo de Seguridad de la ONU para Corea del Norte, en consecuencia al lanzamiento de un misil balístico que según Pyongyang es capaz de alcanzar cualquier punto de territorio estadounidense.
Entre las sanciones se incluyen una reducción importante a la cantidad de petróleo refinado que norcorea puede importar, un plazo de 12 meses a todos los norcoreanos que trabajan en el exterior para que regresen a su país y la reducción de los transportes marítimos desde y hacia el país.
Washington había solicitado sanciones más duras como prohibir totalmente las importaciones de petróleo y congelar los vienes en el exterior del gobierno norcoreano y su dirigente Kim Jung Un.