Redacción/El Nacional

Esta mañana se llevó a cabo una misa en honor a Mario Almada, quien falleció el pasado 4 de octubre.

En la entrada de la iglesia, fue colocada una imagen en blanco y negro de Mario Almada, donde sonríe a la cámara, como un catreto del viejo oeste.

Esta imagen, era una de las favoritas de Mario, la tenía en su estudio, en la casa donde vivió algunos años en Cuernavaca.

Doña Consuelo, quien cumplió años el mismo día que Mario Almada partió de este mundo, estuvo atenta al oficio religioso que se llevó a cabo en la capilla de la Tercera Orden de la Catedral de Cuernavaca.

Afectada por el parkinson, doña Consuelo estuvo acompañada toda la misa por sus hijos y nietos, todos vestidos con colores claros.

“Mi padre logró entablar una relación muy especial con sus 12 nietos, lo adoraban, era un hombre muy bueno, un sabio, y son ellos los que expresan más sus sentimientos. Los cuatro hijos, estamos tristes pero también muy tranquilos porque mi padre murió en paz, sin enfermedades, así es la vida”,  comentó el productor Mario Almada, hijo del actor.

“Yo lo acompañaba a los sets de filmación y ahí quedé seducido por las cámaras y el ambiente, pero mi padre me pidió que me dedicara a otra cosa, el mundo del cine es muy difícil, me aconsejó; le hice caso, soy médico veterinario pero finalmente lo traigo en las venas y me hice productor”, dijo.