Redacción/El Nacional
Al entregar una carta firmada por Theresa May, primera Ministra de Reino Unido, a Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, el país británico comenzó su salida después de 44 años de la Unión Europea.
Tim Barrow, fue el encargado de entregar el documento, con el que se inicia formalmente el proceso de negociación de dos años que culminará con el Brexit.
“Este es un momento histórico sin marcha atrás”, dijo la primera ministra, Theresa May, a los legisladores de la Cámara de los Comunes minutos después acogerse oficialmente del Artículo 50 del Tratado de Lisboa. “Hoy el gobierno actúa por la voluntad democrática del pueblo británico”.
En un mensaje en Twitter, Tusk dijo: “Tras nueve meses Gran Bretaña ha cumplido”. El funcionario acompañó la publicación con una foto de Barrow entregándole la carta delante de una bandera británica y una comunitaria en Bruselas.
After nine months the UK has delivered. #Brexit
— Donald Tusk (@eucopresident) 29 de marzo de 2017
Reino Unido y la Unión Europea tienen dos años para deshacer un tapiz de leyes, regulaciones y acuerdos forjados durante más de cuatro décadas, desde que Londres se unió a lo que por entonces era la Comunidad Económica Europea en 1973.
Theresa May aseguró que el país no dará la espalada a sus vecinos y que quiere mantener una relación cordial y que esta decisión es para fortalecer el territorio.
“(Reino Unido será) más fuerte, más justo, más unido y más abierto (y buscará) una nueva, profunda y especial relación con la Unión Europea”, dijo la primera Ministra.
La mandataria se apoyó en el Artículo 50 que habilita a un Estado miembro comunicar su retirada del bloque y obliga a ambas partes a negociar en no más de dos años un “acuerdo de salida”.
Aquí los principales cinco puntos del artículo:
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Garantiza que “todo Estado miembro podrá decidir, de conformidad con sus normas constitucionales, retirarse de la Unión Europea”.
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Determina que si un estado decide salir de la UE, deberá comunicar su intención al Consejo Europeo, que intentará alcanzar un acuerdo sobre sus relaciones futuras con la Unión, previa aprobación del Parlamento Europeo.
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Señala que los tratados dejarán de aplicarse al Estado saliente a partir de la fecha de entrada en vigor del acuerdo de salida. En el caso de no alcanzar un acuerdo al cumplirse los dos años de la notificación, el Consejo Europeo, junto a ese Estado, podrá decidir una prórroga.
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Establece que mientras dure el período de negociación las leyes de la UE seguirán siendo aplicables al país saliente. Esto significa que el Reino Unido seguirá siendo parte de la UE como siempre, pero no participará en las discusiones internas del Consejo Europeo en las decisiones sobre su propia salida.
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Indica que si el Estado miembro que se retiró de la Unión solicita de nuevo la adhesión, se someterá al procedimiento establecido en el artículo 49, que regula el ingreso de los nuevos Estados solicitantes.