Las dos ciudades más importantes de los Estados Unidos, Nueva York y Los Ángeles, prometieron resistir ante la presión y castigo del nuevo presidente, Donald Trump y seguir protegiendo a sus inmigrantes sin papeles.
“Protegeremos a toda nuestra gente sin importar de dónde vienen y sin importar su estatus migratorio”, dijo el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, en conferencia de prensa tras las firmas de diferentes decretos contra los inmigrantes.
Estas dos ciudades que forman parte de las “ciudades santuario” junto a 298 ciudades más, sufrirán de un corte de fondos federales a la policía, lo cual será “contraproducente” y las tornará menos seguras, añadió el alcalde.
“Separar a las familias y cortar financiación a cualquier ciudad -especialmente a Los Ángeles, por donde entra el 40% de las mercaderías estadunidenses, y por cuyo aeropuerto viajaron más de 80 millones de pasajeros el año pasado- pone la seguridad personal y la salud económica de toda nuestra nación en riesgo”, advirtió por su parte el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti en un comunicado.
Garcetti aseguró que su ciudad seguirá siendo tolerante y dará la bienvenida a todas las personas “sin importar lo que suceda en Washington DC”.
Los alcaldes de otras cuatro ciudades californianas, San Francisco, Oakland, San José y Berkeley, también denunciaron el decreto de Trump en un comunicado conjunto.
“No cederemos ante amenazas o grandilocuencia política. Junta, el Área de la Bahía seguirá siendo fiel a los valores de inclusión, compasión e igualdad, unida contra cualquier y todos los esfuerzos para dividir a nuestros residentes, nuestras ciudades y nuestro país”, dijo el alcalde de San Francisco, Ed Lee.
Ciudades Santuario
Las llamadas “ciudades santuario” son lugares de Estados Unidos donde se le da la bienvenida a los migrantes, el trato para ellos suele ser menos discriminatorio y los sitios donde trabajan los protegen no denunciándolos a las autoridades, sin importar que no cuenten con papeles.
Actualmente alrededor de 300 ciudades en diferentes estados forman parte de las ciudades santuarios, las cuales están amenazadas por Donald Trump de retirar los fondos federales, por negar contribuir a la deportación de inmigrantes sin papeles, tal como había prometido en la campaña electoral.