El abogado estadounidense, Christopher Wray, nominado por el presidente Donald Trump para fungir como nuevo director del FBI, se comprometió hoy con una justicia “imparcial”, evitando las influencias políticas sobre la organización.
De acuerdo con un texto preliminar divulgado antes de su testimonio frente al Comité de Asuntos Judiciales del Senado, Wray señala que “si me dan el honor de conducir esta agencia, nunca permitiré que el trabajo del FBI sea conducido por algo que no sean los hechos, la ley y la búsqueda de una justicia imparcial”.
El Congreso interrogará hoy a Wray, en una audiencia que promete ser contenciosa y en que los legisladores seguramente le exigirán garantías de que será independiente de la Casa Blanca.
De ser confirmado, Christopher Wray dirigirá la principal agencia policial del país en momentos particularmente delicados, tras la destitución de James Comey, quien estaba en medio de una investigación sobre posibles vínculos entre la campaña de Trump y Rusia para ganar las elecciones.
Wray, de 50 años de edad, fue funcionario del Departamento de Justicia bajo el gobierno de George W. Bush y trabajó para un distinguido bufete de abogados que prestó servicios a importantes bancos y corporaciones.
La designación de Wray fue anunciada en un escueto tuit matutino de Trump, cuando usualmente ese tipo de nombramientos se hacen en una extensa ceremonia en el jardín de la Casa Blanca.
Personas allegadas al abogado dicen que es el hombre indicado para el cargo. Abogados agentes del FBI lo describen como tranquilo, estable y al parecer inmune a influencias políticas.