Fue un 23 de agosto pero 1957 que la ciudad de Monterrey y el país entero vivió una de las experiencias jamás igualadas en el mundo del beisbol, pues fue la tarde en la que Ángel Macías lanzó el único juego perfecto en un torneo de Ligas Pequeñas, teniendo como sede la legendaria cancha de Williamsport, Pennsylvania.
Diez mil fueron los espectadores aquel día que quedaron paralizados con los movimientos que el pequeño Macías lograba hacer, y es que lo que muchos pensaban sería un viaje de ida y vuelta hacia los Estados Unidos, se convirtió en una experiencia bastante épica.
El equipo de Los Industriales de Monterrey salió de la ciudad un mes antes, en Julio de 1957, teniendo como destino la vieja cancha en territorio estadounidense. Pero la historia de este plantel comenzó un año atrás, ya que en 1956 fue la fundación de la plantilla junto con la Pequeña Liga Industrial de Monterrey.
Dicho torneo contenía a 4 equipos distintos de representaban a cuatro empresas diferentes: Botelleros, Mineros, Tubitos e Incas, y el cual fue creado con el fin de que solamente los hijos de los empleados jugaran.
Los Industriales tras dos triunfos en partidos de exhibición en Salinas Hidalgo y San Luis Potosí, haría una travesía por Estados Unidos, dentro de las Ligas Pequeñas.
Fue ahí donde comenzó un largo camino hacia el éxito, ya que un día como hoy pero de hace 60 años, los regiomontanos ganaron la pizarra 4-0, gracias a un juegazo perfecto de un niño de 12 años, el cual retiró a 17 bateadores consecutivamente, 10 por la vía del ponche, sin dejar que ninguna bola saliera del cuadro.
Los regios tras haber hecho esa proeza visitaron la casa blanca con el presidente de los Estados Unidos, quien era en aquel entonces Dwight D. Eisenhower para después ser recibidos como héroes en su tierra natal.
La exitosa historia de estos niños campeones se ha relatado en un libro y dos películas.