Redacción/El Nacional

Betany Thompson, era una niña de 11 años de edad que tras vencer el cáncer, decidió suicidarse por sufrir bullying en su escuela.

La pequeña fue diagnosticada con un tumor cerebral a sus tres años de edad y aunque lo venció tras años de radioterapia, le provocó daños en los nervios de la cara cambiándole la forma de la sonrisa haciéndola “torcida”.

Tras la tragedia, la madre de Bethany, Wendy Feucht reveló que aunque la escuela tenía conocimiento del bullying que sufría la pequeña, quien veía a un consejero que la ayudaba a afrontar el acoso escolar y hacer frente a sus autoridades de autoestima, un día se quito la vida con una de las dos armas que había en su casa .

De acuerdo con la mejor amiga de Bethany, ella le dijo que ya no podía seguir soportando los insultos y por ello se quitaría la vida; momentos después la amiga le contó a su papá quien de inmediato le advirtió a Feucht, sin embargo, fue demasiado tarde.

“Creo que ella estaba agotada”, agregó su madre.

“Ella era mi princesa, mi niña. Para mí, la vida giraba alrededor de ella”, expresó el desconsolado padre de Bethany, Paul Thompson.

Aunque por ser un suicidio no hay un responsable directo, las autoridades estadounidenses se encargarán de investigar el hecho, sobre todo si se toma en cuenta que la escuela sabía del acoso que sufría la menor.

Tras la tragedia, la comunidad se ha unido a la familia de Bethany, cerca de 400 personas acudieron a la Iglesia Metodista Unida de North Lewisburg para recaudar fondos que ayuden a cubrir los gastos del funeral.

Gracias a esto han llegado donaciones y mensajes de condolencias de todo el país, con las donaciones la familia planea crear una beca con el nombre de Bethany y concienciar contra el acoso escolar; Feucht, pretende que con esto, otros aprendan de la experiencia de su hija y su muerte sirva como un recordatorio de la importancia de una tolerancia cero hacia el bullying.