Edgar Martínez/ El Nacional
En un partido con pocas emociones y con un final inesperado, los Rayos del Necaxa se coronaron campeones de la Copa MX al derrotar con un increíble autogolazo sobre la hora de Santiago García a los Diablos Rojos del Toluca en el Estadio Victoria.
Y es que el duelo de esta gran final fue caracterizado por la falta de buen futbol, tanto de los choriceros como de los oriundos de Aguascalientes, quienes durante 87 minutos carecieron de llegada hacia sus respectivos marcos.
El primer tiempo estuvo controlado por la visita, como casi todo el juego, sin embargo, la poca profundidad en la meta de Marcelo Barovero daban vida al Necaxa para pensar en dar la campanada en la segunda mitad.
No obstante, el complemento fue con la misma tónica por parte de ambos, asentándose la mayoría del juego en el medio campo.
Fue hasta la entrada de Ángel Reyna que los diablos comenzaron a tomar ritmo en la ofensiva, con un orden y calidad hacia delante pero la contundencia volvía a ser problema. Pese a ello, los dirigidos por Cristante daban avisos de gol, siendo Santiago García el autor de la diana invalidada por fuera de lugar.
Los minutos pasaban y cuando parecía que la contienda se iría a definirse desde los once pasos, el invitado especial llegó de una forma inesperada por todos en el inmueble.
Un balón largo hacia Martín Barragán y que iba a dirección de Alfredo Talavera fue intervenido por García, que en su intento de despejar la redonda terminó rebanándola para meterla en propio marco ante la salida anticipada de ‘Tala’, esto al 88’.
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