Redacción/El Nacional

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La NASA (por sus siglas en inglés, National Aeronautics and Space Administration), envió una nueva misión al espacio exterior para la recoger muestras de uno de los asteroides más antiguos de nuestro Sistema Solar, con el propósito de ayudar a los científicos a entender mejor como se formaron los planetas, el origen la vida y conocer la naturaleza de los asteroides en caos de un posible impacto.
OSIRIS-Rex, como se le denomino a la primera misión en su tipo, partió a las 19:05 horas, tiempo local de Florida (23:05 GTM) desde la base de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral, dónde se lanzo un cohete Atlas V, del cual se separó a las 20:04 horas, tiempo local de Florida (00:24 GTM) y se desplegaron los paneles solares para impulsar la nave hacía su destino, Bennu, uno de los asteroides más primitivos.

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Para ayudar al equipo de OSIRIS-Rex a identificar regiones especificas, la nave fue equipada con un instrumento especial, OVIRIS, que mide las firmas espectrales de los componentes mineralógicos y moleculares del asteroide a través de una luz visible e infrarroja que se reflejara en la superficie del asteroide y dividirá la luz e sus longitudes de onda, de la misma manera que un prisma divide la luz solar en un arco iris.
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Esta es la misión más importante y más grande de Estados Unidos desde la era de Apolo de Estados Unidos, además de ser la primera en su tipo. Si todo marcha de acuerdo a lo programado, el equipo de OSIRIS-Rex regresará el 2023 a la Tierra con muestras de Bennu.

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