Redacción/ El Nacional
Digno de un capítulo de serie policíaca o hasta de una película de terror fue el caso de Rita Wolfensohn, una mujer invidente de edad avanzada, quien vivió durante 20 años con el cadáver de su hijo sin siquiera tener conciencia de ello.
La residente de Brooklyn, Estados Unidos, se enteró que vivía con un muerto cuando la vecina llamó por teléfono y al no obtener respuesta decidió entrar y halló los restos del difunto.
El cuerpo estaba boca arriba en un colchón y completamente vestido con unos pantalones vaqueros, calcetines y una camisa de cuadros. Tras varias investigaciones, las autoridades revelaron que la propietaria desconocía que su hijo había muerto en su propia casa y pensaba que se había ido hace 20 años.
“La habitación estaba repleta de telarañas, parecía como si un camión de basura hubiera vertido su carga en aquel lugar”, afirmó uno de los oficiales.