Once bebés murieron la semana pasada en la unidad de recién nacidos del Nacional Kenyatta (KNH) en Nairobi, el hospital público más grande de Kenia, por una infección bacteriana.

Los neonatos murieron por una bacteria llamada “Klebsiella“, que es resistente a los antibióticos, problema que se agravó por la falta de medios, revelaron fuentes del KNH, bajo condición de anonimato por temor a represalias, al diario “Daily Nation”.

La “Klebsiella pneumoniae“, vive en el tubo digestivo, aunque se encuentra en cualquier lugar del medio ambiente y en el intestino de muchos seres vivos.

Entre los factores de riesgo para contraerla figura la prematuridad, por lo que las unidades de neonatología son espacios en los que se pueden detectar brotes.

Las enfermeras del hospital keniano, a falta de tubos para alimentar a los bebés a través de una sonda nasogástrica (que atraviesa la nariz y llega hasta el estómago), tuvieron que improvisar un mecanismo usando tubos para aspirar líquidos y jeringas, que provocaban sangrados y morados a los bebés.

Una inspección el martes y el miércoles pasado mostró que no hay cunas para todos los recién nacidos y las tienen que compartir, un hecho que aumenta el riesgo de contraer infecciones, según las citadas fuentes.

No es la primera vez que el Hospital Nacional Kenyatta se ve envuelto en ese tipo de polémicas.

El pasado mayo, el diario local “The Standard” reveló el resultado de una auditoría hecha en 2018 por médicos consultores y profesores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nairobi.

De los 320 bebés estudiados, 80 murieron en un período de 7 días en el KNH.

Redacción/El nacional