Redacción/ El Nacional
Mientras que un bebé de año y medio estaba durmiendo, murió quemado luego de que presuntos extremistas judíos prendieron fuego a dos casas de palestinos en un pueblo de Cisjordania la madrugada del viernes, en un ataque que también dejó heridos de gravedad a su hermano de cuatro años y a los padres de los menores.
El ataque, que indignó tanto a israelíes como a palestinos, amenazó con desencadenar otra escalada de violencia.
Los palestinos temen que Israel deje impunes los ataques, aunque el gobierno dijo que hace todo lo posible para localizar a los agresores. Funcionarios palestinos culparon a Israel por el ataque, mientras que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó el hecho de “ataque terrorista”.
Este calificativo bastante inusual en estos casos y las condenas unánimes de los dirigentes israelíes, empezando por el primer ministro Benjamin Netanyahu, no han convencido a los palestinos, que responsabilizan al gobierno de la muerte del bebé, por las “décadas de impunidad ante el terrorismo de los colonos”.
El presidente palestino, Mahmud Abas, anunció que el Estado hebreo deberá responder de este nuevo “crimen de guerra” ante la Corte Penal Internacional (CPI). “Preparamos inmediatamente el dossier que será sometido a la CPI”.
En un gesto poco habitual, Netanyahu llamó a Abas en una conversación telefónica en la que dijo que ambos tienen que luchar juntos contra el “terrorismo”, sin importar de qué lado venga.
“Todo el mundo en Israel está conmocionado por este acto terrorista condenable que golpeó a la familia Dawabcheh”, afirmó Netanyahu, quien visitó en el hospital de Tel Aviv a la familia del menor muerto.
Cientos de palestinos comenzaron a manifestarse en Ramala, en Cisjordania, y en Gaza a la salida de las mezquitas. Miles de personas desfilaron por la aldea de Duma durante el funeral del bebé Ali Dawabcheh, de año y medio. Una bandera palestina envolvía su cuerpo.