Durante el 2010, Sam Ballard y sus amigos se encontraban bebiendo en el patio de una residencia en Sydney, Australia cuando encontraron una babosa (moluscos gasterópodos del orden Pulmonata sin concha o con pequeñas conchas internas, en contraste con los caracoles) arrastrándose por el suelo.
Bellard decidió comérsela como parte de un reto, sin saber que esto lo pondría en coma por más de un año y paralizaría su cuerpo antes de su muerte.
Ballard, sufrió una infección cerebral grave que comenzó como unos calambres en las piernas. Estuvo en coma durante 420 días y seguía paralizado de cuello para abajo cuando fue dado de alta del hospital tres años después.
Diagnosticado con la enfermedad Angiostrongylus cantonensis, conocida como (gusano pulmonar de rata), a partir de la babosa infectada.
Se trata de un parásito que al infectar a un humano provoca padecimientos gastrointestinales, llegando a provocar meningitis, una enfermedad que puede complicarse gravemente y ser incluso mortal.
La semana pasada se informó que Sam Ballard falleció a los 27 años en el hospital de Hornsby, rodeado de su familia y amigos.