El tiempo se agota para Karina. La vida de la joven hondureña que pidió ayuda a los gobiernos federal y local, para su trasplante de médula pende de un hilo porque en Tabasco no hay la infraestructura para la cirugía que requiere.

“Cada día que pasa es un día menos, el tiempo de vida se me agota”, así resumió su condición de salud Karina, que en medio de la zozobra permanece refugiada en la Casa Hogar y Refugio pata Migrantes “La 72”, en Tenosique, Tabasco, desde hace 12 días.

Esta hondureña de 20 años y su hermano Kevin de 22, lograron un primer paso, la visa humanitaria que el Instituto Nacional de Migración (INM) concedió con vigencia de un año para su atención médica.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), emitió el lunes medidas cautelares para que le brinden protección y atención médica, pero su condición de salud es muy compleja porque Tabasco no cuenta con la infraestructura. MILENIO consultó a las autoridades de Salud en Tabasco y confirmaron que ya tienen conocimiento del caso, incluso, también contactaron a la migrante centroamericana para que un especialista la valore y, dependiendo del dictamen médico, determinarán si requiere la intervención. El área de comunicación social de la dependencia detalló que primero se debe hacer un diagnóstico.

Redacción/El Nacional