Los principales medios de prensa brasileños anunciaron este lunes que por falta de seguridad no cubrirán más al presidente de la República, Jair Bolsonaro, en sus encuentros con seguidores y declaraciones que acostumbra dar a diario en el Palacio da Alvorada, residencia oficial.
En una carta dirigida al ministro de Seguridad Institucional, la Rede Globo, principal conglomerado de medios del país, señaló que los profesionales que cubren el Palacio da Alvorada sufren “insultos y alaridos” por parte de “militantes” del presidente y no existen condiciones de “seguridad para el trabajo periodístico”.
“Estas agresiones vienen creciendo” y, por esa razón, “a partir de hoy nuestros reporteros, que cubren el Palacio da Alvorada no comparecerán más en aquel local externo destinado a la prensa”, apuntó el comunicado.
Para Globo, la decisión se tomó “con la responsabilidad que tenemos con nuestros colaboradores y porque no hay seguridad para nuestro trabajo”.
A la decisión de Globo se sumó el diario Folha de Sao Paulo, el de mayor circulación nacional, que se adhirió de manera “temporal” y hasta que se den “las condiciones de seguridad”, después de que su equipo de cobertura fue llamado de “basura” por simpatizantes.
La agresión verbal ocurrió este lunes como consecuencia de la declaración en ese mismo lugar de Bolsonaro, quien dijo, dirigiéndose a los periodistas: “el día que ustedes tengan compromiso con la verdad vuelvo a hablar con ustedes”.
Otros medios locales y la prensa internacional evalúan tomar la misma decisión de Globo y Folha.
Los insultos contra los profesionales de prensa, no solo en el Palacio da Alvorada sino en lugares en los que se concentran cada semana centenas de simpatizantes del presidente, con aglomeraciones que contrarían las recomendacionessanitarias en medio de la pandemia del coronavirus, vienen aumentando en los últimos días.
El pasado 5 de mayo, Bolsonaro mandó a los periodistas a “callar la boca” después de que saludó a un pequeño grupo de seguidores a las puertas del Palacio de la Alvorada y se volvió luego hacia los reporteros para reclamar por lo que calificó de “prensa canalla” y “mentirosa”.