Una de las dos mayores matanzas en Brasil dejó como saldo 56 muertos y decenas de heridos. Y aunque las autoridades hablaron de 60 fallecidos , finalmente la cifra disminuyó a causa de que muchos de los cuerpos que estaban descuartizados no habían sido identificados.
Lo que comenzó el domingo 1 de enero por la tarde al enfrentarse dos de los principales grupos delictivos de Brasil en el Complejo Penitenciario Anísio Jonim (Compaj), en Manaos, al norte del país, seis reclusos fueron decapitados y sus cuerpos fueron lanzados afuera del penal. Al menos 12 guardias fueron tomados como rehenes.
Al termino de lo sucedido, la mañana del lunes 2 de enero otras dos prisiones cercanas presentaron rebeliones y 72 reclusos se dieron a la fuga, incluso uno de ellos tuvo el tiempo de publicar una fotografía en su cuenta de Facebook mientras escapaba de la cárcel.
De los 72 reos que se dieron a la fuga solo 40 han sido recapturados, así lo señaló el secretario de Seguridad Pública del Estado, Sergio Fontes.
“Habían mil 224 reclusos en una cárcel con capacidad para 592”, señaló Fontes.
Cabe recordar que no es la primera vez que Brasil tiene estos estremecedores escenarios, el mayor número de fallecidos de dio desde que policías abatieron a 111 reclusos en el penal Carandiru de Sao Paulo en el año 1992.