Dos barcos rescatistas, rescataron a más de mil migrantes frente a las costas de Libia, en el marco de 14 operaciones diferentes, las cuales fueron coordinadas desde la Central Operativa de la Guardia Costera de Roma.
La Guardia Costera de Roma, señaló que se rescataron alrededor de mil 300 personas que viajaban a borde de seis balsas de goma y de otras seis pequeñas embarcaciones.
Los dos barcos eran, el Aquarius de SOS Mediterráneo y Médicos Sin Fronteras (MSF), y el Golfo Azzurro de Proactiva Brazos Abiertos.
“Se está viviendo una pesadilla absoluta en este momento. La situación supera nuestras capacidades, hemos socorrido a cinco embarcaciones y hay todavía tres que están esperando”, escribió en un tuit Ed Taylor, uno de los responsables de la operación en el Aquarius.
“Hay quemados por el combustible, heridos, bebés… Un día difícil”, comentó por su parte Proactiva en un tuit.
Por su parte, los buques de rescate, el Diciotti, de la guardia costera italiana, y el noruego Siem Pilot, del dispositivo europeo Frontex, se encontraban ocupados los días miércoles y jueves en otros desembarcos de migrantes.
Al mismo tiempo, en Malta, los líderes europeos se reunieron en busca de una respuesta conjunta a la crisis de la migración en Europa, un fenómeno que divide al viejo continente.
Un día antes del inicio de la cumbre, Italia y Libia firmaron un acuerdo con el objetivo de cerrar la principal ruta de llegada de inmigrantes ilegales a Europa a través del Mediterráneo.
El primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, y su homólogo libio, Fayez al Sarraj, acordaron fortalecer la lucha contra la tráfico de seres humanos. Italia se comprometió a proporcionar recursos financieros, materiales y de salud a cambio del control migratorio y de la creación de controvertidos campos de detención.
La idea de bloquear a los migrantes africanos en Libia, país que atraviesa además una crisis política sin precedentes, no parece una solución, señalan las organizaciones humanitarias, ya que muchos de ellos han denunciado abusos y torturas en los llamados centros de acogida.
“Los libios nos disparaban como si fuéramos perros”, contó el joven Boubacar, nacido en Guinea.
Unos 7 mil inmigrantes llegaron a las costas italianas desde el comienzo del año, mientras que unos 227 murieron o desaparecieron ahogados en el mes de enero frente a las costas de Libia, según cifras de la ONU.