La convocatoria de elecciones anticipadas a la Asamblea Nacional anunciada el domingo por el presidente francés, Emmanuel Macron, es la quinta desde la proclamación de la V República en 1958.
Tras el revés en las elecciones europeas, en la que la ultraderecha de Marine Le Pen arrasó y duplicó a la lista macronista, el presidente optó por “devolver la palabra” del “futuro parlamentario a través del voto” en unos comicios que se celebrarán a dos vueltas, el 30 de junio y el 7 de julio.
Antes de esta convocatoria, hubo cuatro antecedentes. El más reciente en 1997 bajo la presidencia del conservador Jacques Chirac, quien, temiendo una crisis económica inminente, decidió llamar a las urnas a los electores.
Chirac perdió su apuesta y la Asamblea acabó dominada por una coalición de izquierdas que llevaría al socialista Lionel Jospin a ser primer ministro, imponiendo al presidente una larga cohabitación hasta 2002.
En 1986, el presidente socialista François Mitterrand disolvió una Asamblea de color conservador. Al término de estos comicios, que no coincidían con los presidenciales como actualmente, el Partido Socialista (PS) obtuvo una mayoría relativa.
También un Mitterrand recientemente elegido en 1981 optó por la disolución por “heredar” una Asamblea netamente conservadora salida de los comicios de 1978. En junio de 1981, el Partido Socialista de Francia logró la mayoría absoluta.
Las otras dos disoluciones fueron obra del conservador Charles de Gaulle. En 1962, lo hizo por una moción de censura encabezada por los socialistas junto a otros partidos que se oponían a una reforma Constitucional para instaurar el sufragio universal directo para la elección del presidente.
De Gaulle salió reforzado de esos comicios y esa reforma salió adelante, mientras que en 1968, el entonces mandatario galo convocó elecciones anticipadas en mayo, poco después de las revueltas estudiantiles de ese año, y los comicios otorgaron a los conservadores una mayoría absoluta.
Redacción/El Nacional