En caso de que Estados Unidos insista en desacoplar su economía con China como medida de presión, sólo arrastrará al mundo hacia un colapso del comercio y a una posible recesión, afirmó este día el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Geng Shuang.
En rueda de prensa, Geng aseguró que la esencia de los intercambios comerciales, económicos y financieros entre ambas potencias, son mecanismos mutuamente beneficiosos, informó la agencia de noticias Xinhua.
Puntualizó que una separación va en contra de los intereses de la comunidad internacional, perjudicará seriamente al sector empresarial y a los pueblos de las dos naciones, pero además amenazaría al crecimiento del planeta.
El vocero de la cancillería china expresó su confianza en que Washington interiorice que profundizar la cooperación es el mejor camino y trabaje con Beijing en la búsqueda de resoluciones constructivas a cualquier problema.
Geng respondió de esta forma a reportes sobre la posible limitación a firmas estadounidenses en compañías del gigante asiático.
Otras fuentes también advierten que separar dos economías estrechamente vinculadas como la estadounidense y la china, no es una medida ni positiva ni tampoco posible.
Incluso comparan la actual guerra tarifaria Washington-Beijing con las de los países industrializados en la década de 1930, que contribuyeron a un colapso del comercio mundial y aumentaron las tensiones en los años previos a la Segunda Guerra Mundial.
En marzo pasado el conflicto cumplió un año y desató investigaciones de la Casa Blanca sobre los supuestos esfuerzos chinos que distorsionan el mercado nacional para forzar, presionar y robar tecnología y propiedad intelectual estadounidense.
Las aguas se calmaron un poco entre Beijing y Washington después de momentos de mucha tensión, y lograron reanudar las pláticas y encontrar un punto medio en cuestiones importantes como la protección de los derechos de propiedad intelectual, la transferencia tecnológica, la agricultura, los servicios y tasas de cambios.
Sin embargo el problema volvió al cruce de disparos arancelarios en mayo pasado, luego de seis meses de tregua, durante la cual las dos potencias estuvieron muy cerca de avanzar hacia un convenio, pues ya se habían puesto de acuerdo en muchos puntos complicados.
Actualmente los ojos del mundo están puestos en las pláticas anunciadas para principios de octubre próximo en Washington, la capital norteamericana, aunque con expectativas disminuidas sobre el alcance en el corto plazo de un consenso sólido que ayude a solucionar la discordia.