Mandatarios y delegaciones de distintos continentes rendían el martes en La Habana un homenaje póstumo a Fidel Castro, leyenda de la izquierda revolucionaria que timoneó a Cuba por casi medio siglo y que influenció por décadas a movimientos de América Latina y de todo el mundo.
El fallecimiento el viernes del ex guerrillero marxista, carismático y controvertido a la vez, fue lamentado por líderes de todo el mundo, pero celebrado por detractores, como grupos de cubanos-estadunidenses en la ciudad de Miami, que festejaron en calles de la Pequeña Habana.
El mandatario venezolano, Nicolás Maduro, el boliviano, Evo Morales, y el vicepresidente chino, Li Yuanchao, firmaron el libro de condolencias que fue colocado en el Memorial José Martí en La Habana, en el corazón de la Plaza de la Revolución y sede de los actos del homenaje el lunes y martes.
“Es un momento muy doloroso por la pérdida del hermano, el compañero, el amigo Fidel Castro. Vengo a agradecer por la ayuda incondicional y la solidaridad con Bolivia”, dijo Morales al llegar a La Habana.
La muerte del líder cubano resonó en todo el mundo, incluso en el continente africano.
“La pérdida que ustedes han tenido se siente en África. Fidel no solamente era el líder de ustedes, sino el líder nuestro y de todos los revolucionarios. No solamente era un hombre de palabras, era un hombre de acción”, dijo el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, al llegar a Cuba.