Redacción/ El Nacional
Tras la terrible tragedia en donde murieron la gran parte del plantel, al Chapecoense le llegó la hora de, cuanto menos, esbozar una sonrisa. O, en todo caso, intentar hacerlo.
La nefasta tragedia acontecida en Colombia, pese a quedar paulatinamente en el tiempo, se mantiene presente en toda la esfera futbolera y, lógicamente, el club más perjudicado y golpeado no es la excepción.
Así, antes de volver a saltar a un campo de juego, fue inevitable no homenajear a las víctimas del vuelo de Lamia. Y en efecto, eso ocurrió en el Arena Condá: en la previa al amistoso con el Palmeiras, los tres jugadores sobrevivientes recibieron la Copa Sudamericana y la levantaron por primera vez.
Alan Ruschel, Helio Neto y Jackson Follman regresaron a la cancha del Chape tras el lamentable episodio vivido en suelo colombiano y alzaron el trofeo que la Conmebol le otorgó a la institución brasileña por expreso pedido del rival en la final, Atlético Nacional.
Así, en un sentido y emocionante homenaje, previo al amistoso en contra del Palmeiras, las víctimas de la tragedia fueron recordadas por los protagonistas de la jornada y todos los presentes en el estadio del Chapecoense. Sin lugar a dudas, uno de los tantos momentos emotivos fue contemplar a Follman en silla de ruedas levantar el galardón.
Asimismo, la presencia de las esposas, mujeres y novias de los jugadores difuntos no pasó inadvertida en la ceremonia: ellas recibieron las medallas de cada uno de los campeones de la Sudamericana.