Redacción/Nacional

Han pasado 60 años desde que Laika fue enviada en el satélite ruso Sputnik al espacio. El tres de noviembre de 1957, dejó el planeta tierra para nunca regresar.

La aventura de Laika, se comenzaría a escribir el cuatro de octubre de 1957, cuando Russia iniciaba la carrera hacia la luna con el lanzamiento del primer Sputnik (compañero de viaje’, en ruso) y así asombrar al mundo.

Solo una semana antes de que el cohete fuera lanzado, Laika fue recogida de las calles de Moscú, y llevada a un centro de entrenamiento junto con otros perros callejeros, siendo Laika la elegida como único tripulante, debido a su tamaño mediano y su tranquilo y calmado carácter.

Laika viajó en el interior de una cápsula, proveniente de un arnés especial para contender los efectos de la ingravidez y que incluía un pequeño ventilador para sustentar su temperatura y comida para siete días en forma de gelatina. Laika llevaba puesto un traje espacial que recogería sus desechos y limitaba sus movimientos, desde el traje también se podía monitorear su frecuencia cardíaca, respiración y presión arterial.

El gobierno soviético difundió la noticia de que Laika había muerto sin dolor, después de una semana en órbita, pero no fue hasta en el año 2002 que se supo que Leika realmente murió seis horas después del lanzamiento, esto a causa de la combinación de problemas respiratorios a consecuencia del supercalentamiento de la cabina y del estrés.

Laika sacrificó su vida por la ciencia, más sin embargo se puede decir que su muerte no fue en vano ya que, el 12 de abril de 1961, cuatro años después, Yuri Gangarin emularía su hazaña al convertirse en el primer cosmonauta de la historia.