La paradoja de Moravec explica por qué los robots y la inteligencia artificial encuentran difíciles las cosas fáciles y fáciles las cosas difíciles.
Aunque la Inteligencia Artificial ha logrado imitar los complejos sistemas de razonamiento y creatividad del cerebro humano, las tareas aparentemente simples, como atarse los zapatos o recoger una bolsa del suelo, requieren un enorme esfuerzo computacional.
Esta paradoja se debe a que los procesos evolutivos que permiten al ser humano realizar estas acciones han llevado cientos de miles de años, mientras que el desarrollo de la razón y el pensamiento lógico ha ocurrido en un período de tiempo mucho más corto.
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Aunque se han creado programas de inteligencia artificial con facilidad, replicar las funciones básicas del ser humano en un robot ha resultado casi imposible. Los expertos buscan superar esta paradoja mediante el desarrollo de robots humanoides con anatomía y sensores similares a los humanos, pero aún se enfrentan a desafíos técnicos significativos.
A pesar de esto, la posibilidad de crear un robot inteligente como un ser humano no se descarta por completo, y se considera que la revolución de la inteligencia artificial ofrece avances prometedores.