Estudios revelan que 99 por ciento de los pacientes que padecen diabetes mellitus tienen una enfermedad bucal caracterizada tanto por inflamación de encías como por mal aliento, sabor desagradable y resequedad.
Mediante una breve consulta con el dentista es posible detectar problemas crónico-degenerativos, ya que hay ciertas afecciones de la cavidad oral características de la diabetes, siempre y cuando concuerden con otros síntomas y factores de riesgo. La mayoría de las casos hay además mucha sed, hambre, ganas de orinar y un índice de masa corporal (IMS) mayor al recomendado, así como poca actividad física.
Se recomienda que, además de iniciar un control de la glucosa en sangre, es fundamental que el paciente inicie una serie de consultas en Estomatología para tratar las afecciones bucales, antes de que se agraven conforme pase el tiempo y que también se deben programar aproximadamente cuatro citas subsecuentes para un tratamiento integral, a la vez que se les recomienda mejorar su estilo de vida mediante el ejercicio y una dieta rica y balanceada ya que es básica la atención estomatológica para muchos pacientes diabéticos.
Para poder prevenir enfermedades se debe controlar el nivel de glucosa en la sangre, luego cuidar bien los dientes y encías, y hacerse chequeos cada seis meses para controlar la candidiasis, una infección con hongos, controlar bien la diabetes, evitar fumar y, si usa dentaduras, hay que límpiarlas a diario. El buen control de la glucosa también puede ayudar a evitar o aliviar la resequedad en la boca causada por la diabetes.