La deshidratación siempre puede causar complicaciones, sobre todo si ésta es
severa. Esto es particularmente cierto durante el embarazo. Para mantenerte
saludable y mantener el feto sano, la madre debería beber por lo menos 64 onzas
de líquido a diario. En la mayoría de los casos, la deshidratación durante el
embarazo se puede prevenir mediante el aumento de la ingesta de líquidos. Los
casos severos pueden requerir una estrecha vigilancia de un médico o de
hospitalización para aumentar los niveles de líquidos.
La deshidratación se da por la pérdida de líquidos y sales minerales de un cuerpo.
La deshidratación puede producirse por estar en una situación de mucho calor, por
la falta de bebida o por exceso de eliminación.
Señales o síntomas de la deshidratación:
Empezaras a sentir mucha sed
Tus labios estarán secos y con rajaduras
Tu piel se pondrá seca
Tu orina será de un color oscuro
Sufrirás de estreñimiento
Presentaras más fatiga de lo normal.
Si presentas estos síntomas, toma un vaso de agua o jugo y comienza a
incrementar la cantidad de líquidos que tomas al día. Evita estar en lugares que te
hagan sentir acalorada.