Durante la pandemia, Walter Velásquez creó a Kipi, una niña robot, para brindar educación en las comunidades aisladas de Colcabamba, Perú.
Debido a su gran aceptación, Kipi se ha multiplicado y ahora son siete robots educativos que benefician a 500 alumnos en el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro.
Estos robots, diseñadas como niñas, fomentan la participación femenina en la educación y han logrado que más niños regresen a las escuelas.
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Además, se está produciendo un documental llamado “Misión Kipi” para contar la historia de este proyecto y su impacto en las comunidades.
Kipi, una robot quechuahablante, recoge no solo las lecciones del currículo educativo, sino también la sabiduría de la gente, mientras se desplaza por las alturas andinas de Perú, llevando la escuela y recogiendo mitos y leyendas.