La reina Isabel II conmemora sus 69 años en el Trono británico, confinada en su castillo de Windsor a causa de la pandemia y alejada de su residencia de Sandringham por primera vez en 30 años por estas fechas.

Se trata de una jornada más de trabajo, sin actividades especiales y de “muy bajo perfil” para la monarca, de 94 años, según indican expertos en realeza, cuando ya solo queda un año para que llegue el llamado Jubileo de Platino, que subrayará un hito histórico al marcar sus 70 años como jefa de Estado.

En esta ocasión, la crisis global del COVID-19 ha roto sin miramientos la que hasta ahora había sido una tradición personal que cada año cumplía religiosamente la soberana, al pasar cada 6 de febrero en Sandringham House, en el condado inglés de Norfolk.

Fue en esos dominios donde su padre, el rey Jorge VI, falleció a los 56 años mientras dormía este mismo día en 1952, cuando su primogénita tenía apenas 25 años.

La muerte del Rey encontró a la princesa Isabel en Kenia, en un tour de la Commonwealth, del que regresó ya convertida en monarca.

Agenda de bajo perfil para conmemorar su ascenso al trono

Este año, Isabel II se encuentra aislada junto con su esposo, el Duque de Edimburgo, de 99 años, entre las paredes de Windsor, donde la pareja recibe los cuidados de un reducido equipo de personal, bautizado como “la burbuja de Su Majestad“.

La última vez que esta se ausentó de Sandringham durante el aniversario de su ascensión fue en 1990 por encontrarse entonces de visita oficial en Nueva Zelanda.

Pero también otras visitas de larga duración en la década de los 50 y de los 60 la han mantenido apartada de su país en el mes de febrero.

A los dos años de llegar al trono, Isabel II no pudo conmemorar la fecha por hallarse en Australia en otra gira de seis meses, que duró desde noviembre de 1953 hasta mayo de 1954.

En 1977 -año del Jubileo de Plata- la monarca y la familia real se reunieron en la capilla real situada en Windsor Great Park para atender un servicio por el 25 aniversario de su ascensión al Trono.

Según revela a los medios locales el experto en realeza Joe Little, editor de la revista británica mensual Majesty, a la soberana “le gusta pasar ese día de manera tranquila, rememorando el fallecimiento de su padre, así que, sin duda, no es un día para celebrar”.

Según Little, el hecho de que hayan pasado 69 años de la muerte del rey Jorge VI ha “disipado un poco” el dolor que conlleva la fecha “pero claramente se trata de un día muy importante para ella y siempre será así”.

Durante el aniversario, la reina suele enfrascarse en oraciones privadas en memoria de su padre y es posible, aventura el citado experto, que hoy continúe la tradición en la capilla privada del Castillo de Windsor aunque, en cualquier caso, sus actividades serán “de muy bajo perfil”.

En cualquier caso, desde Buckingham Palace, la residencia oficial en Londres de la monarca, no han hecho ningún comentario para revelar los planes de Isabel II.

La evolución de la pandemia marcará calendario del 70 aniversario

A lo largo de los años, los británicos han tenido a su reina como figura de referencia y de continuidad en momentos de adversidad, pero incluso la propia Isabel II admitía recientemente que la pandemia supone un “desafío diferente” a otros del pasado.

Little comenta al respecto que este parece ser “uno de los periodos de mayor aislamiento del reinado de la soberana, o de su vida, pues no puede ver a sus amigos, ni a su familia”.

Aunque la evolución del coronavirus condicionará el futuro, ya se han adelantado algunos de los planes que previsiblemente marcarán los 70 años en el trono de Isabel II en 2022.

Los medios nacionales ya han adelantado que se celebrará un día festivo extra en el país como parte de un largo fin de semana de cuatro días, entre el 2 y el 5 de junio de ese año.

Desde la casa real británica se organizará un calendario de eventos festivos -que aún no se han anunciado- y que, dado el actual contexto, dependerá de cómo progrese la crisis actual.

Se esperan diversas fiestas callejeras repartidas por todo el país, como es tradición en los Jubileos reales. Además, los ciudadanos del Reino Unido serán invitados a plantar un árbol, como parte de una campaña denominada The Queen’s Green Canopy, que se lanzará el próximo mayo.

Los medios avanzan que se trata de un proyecto liderado por la organización de beneficencia Cool Earth junto con la fundación gubernamental The Woodland.

El tema de la financiación de las festividades en medio de un clima económico aciago por la crisis del coronavirus parece ser también uno de los temas no resueltos.

En este sentido, el diputado del Partido Nacionalista Escocés Steven Bonnar recomendaba recientemente “no gastar en exceso en ceremonias y celebraciones” para marcar este Jubileo.