Una organización humanitaria indicó que más de 300 mil niños se enfrentan a las gélidas condiciones invernales en un Afganistán devastado por la guerra, lo que podría provocar enfermedades y decesos sin la ropa de invierno ni la calefacción adecuada.
El conflicto militar que sacude el país ha destruido viviendas y obligó a miles de niños a refugiarse en campamentos para personas sin hogar. Allí corren el riesgo no solo de padecer hambre y enfermedades, incluyendo el COVID-19, sino también de fallecer por las gélidas temperaturas.
Las primeras nevadas caídas en el norte del país han tenido un impacto especialmente grave en la infancia, dijo Chris Nyamandi, director de Save the Children para Afganistán, en un comunicado este jueves.
“Los niños más vulnerables son aquellos cuyas escuelas han cerrado por el empeoramiento de las condiciones invernales”, explicó.
“Sus familias no tienen dinero para comprar ropa de abrigo. En su lugar, se ven obligados a acurrucarse en casa para escapar del frío”.
La violencia en el país se ha incrementado a pesar de que negociadores talibanes y del gobierno afgano mantienen conversaciones en Qatar para forjar un acuerdo de paz que podría poner fin a décadas de guerra.
Un reporte de Save the Children publicado el jueves cita a Rohina, de 12 años, que vive en un campo para gente que tuvo que huir de sus casas en Balkh. Asiste a clases comunitarias patrocinadas por Save the Children.