Redacción/ El Nacional

Lukas Postlberger tuvo un debut soñado en una de las grandes carreras del ciclismo al ganar el viernes la primera etapa del Giro de Italia.

El austríaco se ubicó a la cabeza cuando restaban dos kilómetros, en teoría como gregario del líder del equipo Borsa-Hansgrohe, Sam Bennett, pero cuando vio que había una brecha con su compañero, simplemente siguió pedaleando en la delantera.

Postlberger miró hacia atrás varias veces, incrédulo porque ninguno de los sprinters parecía dispuesto a atacar, y el ciclista de 25 años tuvo tiempo para levantar los brazos mientras cruzaba la meta con tiempo de 5 horas, 13 minutos, 35 segundos tras el recorrido de 206 kilómetros desde Alghero hasta Olbia, en la costa norte de Cerdeña.

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“Queríamos intentar un sprint al final para Sam”, dijo Postlberger, el primer austríaco que viste la camiseta rosada del Giro. “No sé, se distanciaron de mi rueda y se abrió una brecha”.

“Entonces escuché por la radio, ‘¡vamos, Posty, inténtalo’ Y entonces di todo lo que tenía. Y funcionó, con una victoria para el equipo, mi primera victoria como profesional, y la ‘maglia’ rosa”, dijo.