Un niño falleció en un accidente en el que estaba involucrado un influencer y sus amigos que hacían en un reto viral de conducir sin descanso durante 50 horas.
La madre y la hermana de tres años del niño también resultaron gravemente heridas en el accidente. Estos retos virales absurdos se han vuelto cada vez más comunes, con desafíos que incluyen el consumo de drogas, inhalación de desodorantes e insecticidas, entre otros. El incidente ha generado debate sobre la responsabilidad de estos retos, ya que no existe una legislación clara al respecto ni estadísticas confiables.
Los cinco jóvenes implicados en el accidente, que tenían alrededor de 20 años, utilizaban las redes sociales para ganar popularidad con videos de conducción en autos de lujo. Su canal de YouTube, que promueve retos en línea, cuenta con 600,000 suscriptores y 152 millones de visualizaciones desde 2020.
El caso pone de manifiesto la falta de legislación y estadísticas confiables relacionadas con los riesgos y consecuencias mortales de los retos virales difundidos en las redes sociales. La responsabilidad legal de estos desafíos y sus consecuencias sigue siendo un tema debatido y no existen mecanismos claros para abordarlos.
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Algunos expertos señalan la necesidad de introducir reformas legales para abordar estos desafíos y establecer consecuencias penales para quienes los promueven. Sin embargo, en el ámbito penal, solo se puede perseguir y juzgar aquello que esté contemplado específicamente en la legislación vigente.
El vacío legal actual también plantea preguntas sobre la responsabilidad de las plataformas de redes sociales en la difusión de estos desafíos. Los algoritmos utilizados por estas plataformas para recomendar contenido y promover la interacción también juegan un papel en la viralización de estos retos peligrosos.
En conclusión, este trágico accidente destaca la necesidad de abordar la responsabilidad y las consecuencias de los retos virales en las redes sociales. Existe un vacío legal en este tema y la legislación actual no se adapta completamente a la naturaleza de estos desafíos. Además, las plataformas de redes sociales también deben asumir su responsabilidad en la difusión de contenido peligroso.