El huracán Otis azotó Acapulco el 25 de octubre, dejando 50 muertos y 30 desaparecidos, según la gobernadora del Estado de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda.
El número apenas varió desde el primer recuento, pero muchas personas y grupos afectados argumentan que la cifra oficial no refleja la verdadera magnitud de la tragedia.
“Como prioridad, estamos atendiendo a todas las familias de las víctimas de este huracán que lamentablemente cobró la vida, según las cifras oficiales de la Fiscalía General del Estado, de 50 personas. Nos hemos reunido con familiares, hemos ofrecido por supuesto todo el respaldo; todo el apoyo de todas las autoridades con acompañamiento psicológico, jurídico, administrativo, apoyos funerarios, todo lo que se nos ha solicitado, y nos mantenemos en permanente comunicación con todos los familiares”, aseguró Salgado Pineda.
La gestión de Salgado ha sido duramente criticada por la tardía e insuficiente respuesta del Gobierno estatal ante la devastación. Después del impacto de Otis, la falta de acción gubernamental provocó saqueos, acumulación de basura y escasez de alimentos en Acapulco.
Salgado Pineda mencionó que continúan los esfuerzos para localizar a las 30 personas desaparecidas. Además, anunció la creación de un programa de localización que ha reunido a 1.592 personas incomunicadas.
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La gobernadora informó sobre las labores de limpieza y recolección de basura, se han retirado 211.385 toneladas y depurando 322,35 kilómetros de calles. Sin embargo, la incertidumbre persiste sobre si estas medidas son suficientes para una ciudad devastada, dependiente del turismo que tardará en regresar.
Acapulco enfrenta problemas adicionales, como la inseguridad previa al huracán, ahora exacerbada por el resurgimiento de asesinatos y tiroteos. El Ejército y la Guardia Nacional intentan controlar la situación, pero la ciudad, reducida a escombros, presenta desafíos significativos.
La Unión Nacional de Padres de Familia alertó que 214.716 estudiantes corren el riesgo de perder el ciclo escolar debido a los daños en las escuelas. La Secretaría de Educación busca mitigar los efectos con clases virtuales, pero la ciudad se enfrenta a una reconstrucción incierta en todos los niveles.