Un vuelo tuvo que se dirigía a Florida, tuvo que ser desviado a Carolina del Sur, luego de que varios pasajeros alertaran a la tripulación de un fuerte olor a ‘calcetines sucios’.

Los afectados constantemente se quejaron de irritación en la garganta y dolor en el pecho por la pesque que invadía los pasillos.

La culpa en esta ocasión no era de un pasajero, sino de sustancia química, o eso creían las autoridades al principio.

Luego de que aterrizara el avión y diez pasajeros fueran hospitalizados, se realizó una inspección a fondo en la aeronave pero no se encontró nada fuera de lo normal.

Debido a que los aviones no cuentan con ventilación externa, los olores pueden propagarse y mantenerse en el interior hasta encontrar un escape.