Un hombre acusado de secuestrar, asfixiar y abusar sexualmente de una mujer en Alaska, Estados Unidos en agosto de 2017, alcanzó un acuerdo con las autoridades judiciales para no ir a la cárcel.
El agresor identificado como Justin Schneider, de 34 años de edad, arregló un pacto y se reconoció culpable del delito por el que enfrentaba una condena de entre 5 y 99 años de prisión.
Según la resolución la víctima se encontraba en una gasolinera cuando el hombre se ofreció llevarla hasta a hogar. A mitad de camino se desvió y la amenazó; la llevó a un prado donde la atacó sexualmente y la asfixió hasta que perdió el conocimiento.
Cuando volvió en sí, el agresor le aseguró que no iba a matarla pero que necesitaba que ella creyera que si para poder satisfacerse sexualmente.
Al comienzo del juicio, el hombre recibió dos años de cárcel, pero como ya cumplió un año bajo arresto domiciliario con buen comportamiento, un fiscal determinó que no deberá ir a ningún centro de reclusión.
Su único ‘castigo’ será permanecer bajo vigilancia, con una tobillera electrónica y participar en un tratamiento para rehabilitarse.