El francés visitó al pequeño JoséGarzaCruz para darle una ‘dosis’ de motivación.
André-Pierre Gignac está a un gol de convertirse en el tercer mejor anotador en la historia de Tigres en apenas dos años y medio, pero el golazo que marcó este jueves es uno de los mejores en su carrera.
Y no estamos hablando que lo anotó en un partido o entrenamiento de fútbol, sino en la vida real, fuera de las canchas, donde muchas veces se piensa que las estrellas del fútbol no están al alcance de las personas.
El atacante francés visitó ayer al pequeño JoséGarzaCruz, de apenas 12 años, quien está convaleciendo de unas molestias derivadas del cáncer de huesos que padece y “Dedé” le “inyectó” una dosis de ánimo y motivación que muchas veces cura más que cualquier medicamento.
No es la primera vez que Gignac acude a visitar niños enfermos o se solidariza con alguna causa de este tipo, incluso el año pasado organizó junto a su esposa una subasta para obtener recursos que cubrieran el tratamiento de una niña francesa con una enfermedad complicada.
André ya conocía al pequeño JoséGarza, incluso lo invitó junto a su familia a la Vuelta de la Final ante Monterrey en el GigantedeAcero y es el niño que apareció en muchas imágenes que acariciaba el trofeo de campeón que el goleador europeo se lo llevó directamente a la tribuna.
Este jueves, el “Bomboro” convivió durante un buen tiempo con “Pepito” e incluso jugó una reta de videojuegos con él y le dio ánimos para que salga adelante en su tratamiento, pues desde que llegó a jugar con los felinos en 2015 ha seguido de cerca su caso y ha estado pendiente de su estado de salud.