El experimento de una renta básica de 685 euros mensuales para 2.000 personas, durante dos años, que buscaba determinar si ese tipo de ayuda les permitiría conseguir un nuevo empleo, concluyó sin mejorar la situación laboral de los beneficiarios, pero sí su salud y bienestar.

“El impacto en el empleo parece modesto”, dijo Pirkko Mattila, ministra finlandesa de Salud y Asuntos Sociales

El objetivo era saber si ese mínimo garantizado de protección, los ayudaría a encontrar trabajo y les daría un apoyo, en caso de que se vieran obligados a tomar empleos esporádicos.

Pese a que los niveles de empleo no subieron, los participantes reconocieron sentirse más felices y menos estresados.

Cuando se lanzó el programa en 2017, Finlandia se convirtió en el primer país europeo en poner a prueba la idea de un ingreso mínimo incondicional.

En ese momento el gobierno seleccionó aleatoriamente a las personas que recibirían beneficios de desempleo.

Inmediatamente atrajo interés internacional.

Sin embargo, estos resultados preliminares han generado dudas sobre la efectividad de este tipo de sistemas.

Redacción/ El Nacional