Redacción/El Nacional

El pasado dos de junio del 2016, Mario Salto, de 11 años, había salido a pescar y 48 horas después fue encontrado sin vida en el interior de una vivienda. El menor había sido abusado sexualmente, y posteriormente descuartizado durante un ritual satánico.

Los participantes en el crimen fueron cuatro hombres y una mujer, todos integrantes de una familia, que sin piedad violaron al niño y luego lo descuartizaron.

Tras un año y medio del crimen, fueron identificadas las personas que habían cometido dicho crimen, Miguel Ángel, de 58 años, alias “El Brujo”; su esposa, Arminda Lucrecia, de 57 años,  directora de la Escuela 1214 y docente del Profesorado Secundario para Adultos; su hijo, Alfredo Daniel, de 40 años y Pablo de 38 años, alias “El Loco”.

Los canes de la policía fueron una pieza clave en la investigación al descubrir el altar satánico dentro de la vivienda en la que habrían torturado al menor.

El pequeño Mario fue parte de un rito diabólico, fue violando y, tras ser colgado con un alambre, fue descuartizado con vida, señaló un reciente informe elevado por forenses de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.