Más de 20 miembros de la Guardia Revolucionaria de Irán perdieron la vida como resultado de un ataque suicida contra un autobús en el que viajaban.

Los hechos ocurrieron en la carretera que comunica las ciudades de Zahedan y Khash, cerca de la frontera con Pakistán, cuando un coche bomba hizo explosión.

Al menos 27 personas murieron y 17 uniformados más resultaron heridos.

El grupo yihadista Jaish al Adl se adjudicó este atentado.

En respuesta, el Ministerio iraní de Exteriores, Bahram Qasemí, aseguró que Irán vengará el atentado contra la Guardia Revolucionaria, y acusó a “países de la región” de apoyar al grupo terrorista que lo perpetró.

“Los militares y la inteligencia de la nación de Irán que no tienen miedo a morir vengarán sin duda la sangre de estos mártires”, dijo en un comunicado Qasemí. 

El portavoz también subrayó que este ataque reforzará la determinación de Irán “en continuar con la lucha contra el terrorismo en la región”, en alusión al apoyo que prestan asesores de los Guardianes de la Revolución al régimen sirio de Bashar al Assad.

Redacción/ El Nacional