alimento_que_no_deberias_probar12

Nancy Vázquez/El Nacional

Las patatas fritas suelen freírse con aceite de maíz procesado, que por si no lo sabías es de los tipos de aceite más dañinos para nuestra salud, ya que es hidrogenado. A su vez, al ser reutilizado una y otra vez, éste produce grasas poliinsaturadas que son aquellas grasas que causan obstrucciones e inflamaciones en tus arterias. Para ser más precisa, cada porción de estas tentadoras enemigas contiene entre 600 y 700 calorías e incluye nada más y nada menos que 10 gramos de grasa saturada.

 

Entre todos los tipos de grasa que contienen las papas fritas, una de ellas es el ingrediente letal: las grasas trans, posiblemente el peor tipo de grasa que puedes consumir, y algunos estudios califican a este compuesto de veneno. El daño que provoca esta sustancia se debe a que su estructura es alterada en el proceso de cocción debido al uso de aceites hidrogenados. Las múltiples reacciones químicas que se producen durante este proceso genera una alteración de la estructura de este ingrediente, dando lugar a este tipo de grasa. Lo particular de esta grasa es que una vez consumida, es muy difícil (casi imposible) eliminarla de tu cuerpo, dando lugar a enfermedades del corazón, diabetes y cáncer, entre otras.

 

Estos aparentemente tan ingenuos bastoncitos alcanzan un nivel extremadamente alto de cloruro de sodio: cada porción grande contiene entre 500 y 1000 gramos de sal. El peligro no es sólo ese, sino que también, muchos consumidores creen que estas no incluyen sal y les adhieren aún más. El excesivo consumo de sodio se asocia directamente a enfermedades cardiovasculares y a la presión alta.

 

Para empeorar las cosas, en los últimos años se descubrió que las patatas fritas, especialmente aquellas elaboradas en cadenas de comida rápida, contienen una sustancia potencialmente tóxica denominada acrilamida. Esta resulta de la cocción de carbohidratos y aminoácidos a temperaturas excesivamente altas. La misma, no sólo es considerada altamente cancerígena, sino que puede desarrollar modificaciones y daños en nuestra información genética.