El gobierno del presidente Donald Trump eliminó una protección que permitía a inmigrantes permanecer en el país y evitar la deportación mientras ellos o sus familiares recibían tratamiento médico de vida o muerte o enfrentaban otras adversidades, informaron funcionarios de inmigración en cartas enviadas a las familias este mes.

Los detractores de la medida la calificaron como un cambio cruel que podría obligar a los desesperados migrantes a aceptar un tratamiento de menor calidad en sus empobrecidos países de origen.

Mariela Sánchez, una hondureña que recientemente solicitó la exención especial, dijo que una negativa sería una sentencia de muerte para su hijo de 16 años, Jonathan, quien sufre de fibrosis quística. Son una de muchas familias que se asentaron en Boston para buscar atención en algunos de los mejores hospitales del país.

Sánchez, quien llegó a Estados Unidos en compañía de su familia en 2016, dijo que hace algunos años perdió a una hija a manos del mismo padecimiento debido a un mal diagnóstico de los doctores en su país.

La enfermedad, que es hereditaria, afecta los pulmones y el sistema digestivo, y no existe una cura conocida.

Estaría muerto” si la familia hubiera permanecido en Honduras, dijo sobre su hijo. “Todos los días sufro ataques de pánico por esto”.

Tan sólo en Boston, la decisión podría afectar a unas 20 familias cuyos hijos padecen cáncer, VIH, parálisis cerebral, distrofia muscular, epilepsia y otras enfermedades graves, dijo Anthony Marino, director de servicios legales de inmigración en el Irish International Immigrant Center, la organización que representa a las familias.

Activistas afirman que el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS por sus siglas en inglés) ha enviado cartas similares a inmigrantes en California, Carolina del Norte y otros estados.

Redacción/El nacional