Fotografía: Carey González

Después de siete años de ausencia, Katy Perry regresó a Monterrey con un espectáculo que superó todas las expectativas. La cantante californiana ofreció el primero de dos conciertos de su gira “The Lifetimes Tour” en la Arena Monterrey, dejando claro que la espera valió la pena.

Poco después de las 22:00 horas, Perry hizo su entrada triunfal flotando en lo que parecía una cápsula espacial, sobre un escenario con forma de símbolo de infinito. La canción “Artificial” dio arranque a una noche llena de energía, luces, y conexión con sus fans, a los que saludó gritando: “¡Monterrey!”.

El primer bloque del concierto, incluyó temas como “Chained to the Rhythm”, “Teary Eyes” y Dark Horse”, acompañados de coreografías enérgicas y recursos tecnológicos que sumergieron a los 15 mil asistentes en una experiencia inmersiva. Al final de esta sección, la artista desapareció por uno de los elevadores del escenario para dar paso a un cambio de vestuario y continuar con la narrativa visual: un videojuego de cinco niveles donde Perry interpreta a una androide salvando mariposas.

La segunda parte, titulada “Woman’s World”, puso el foco en el empoderamiento femenino, con una enorme estructura en forma de mundo sostenido por una mujer como elemento central. Éxitos como “California Gurls”, “Teenage Dream”, y “Hot N Cold”, desataron la euforia del público. Katy aprovechó para enviar un mensaje a las mujeres mexicanas: “Son fuertes, poderosas e inteligentes”, mientras se envolvía con una bandera de México, provocando la ovación del público.

Fotografía: Carey González

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Uno de los momentos más esperados llegó con “Nirvana”, cuando la cantante literalmente “voló” sobre el público gracias a un arnés, realizando acrobacias aéreas que acercaron aún más la experiencia a sus seguidores. Más tarde, al interpretar “Crush”, agradeció en español con un “¡Muchas gracias!”, antes de pasar a una sección más urbana y energética con “I’m His, He’s Mine”.

La noche tuvo un toque muy especial para una fan llamada Andrea, quien celebraba su cumpleaños y fue invitada al escenario. Junto a Katy, cantó “The One That Got Away”, probó las botas de algodón de azúcar de la artista y se tomó una selfie inolvidable.

Tras liberar a las mariposas del videojuego, Perry sobrevoló el recinto montada en una de ellas mientras interpretaba “Roar”, y cerró con broche de oro al regresar con su emblemático éxito “Firework”.

El show concluyó a las 00:10 horas, dejando al público emocionado y listo para una segunda noche con la estrella del pop.

Carey González/El Nacional