Beijing y otras ciudades del norte de China soportan los días con mayor contaminación del año, teniendo la necesidad de enfrentarlo con mascarillas, muchas escuelas y empresas se encuentran cerradas y, esto ha provocado que cada vez más personas decidan marcharse al sur de vacaciones para huir de este problema.
Beijing está en “alerta roja”, el nivel más alto de cuatro existentes que conforman el sistema de advertencia de contaminación. Esta afecta a 460 millones de personas, de acuerdo a Greenpeace, lo que ha llevado a la organización a pedir que el país adopte limitaciones más estrictas en el consumo de carbón.
“Hay que acelerar la reestructuración de la economía para alejarla de los sectores más contaminantes”, dijo el responsable de clima y energía de la organización, Dong Liansai. Por otra parte las agencias de viaje están viviendo su mejor momento, y es que a pesar de que no es una temporada alta para el turismo, debido a los problemas de contaminación agencias como Ctrip, una de las más populares en China, espera que este mes 150 mil viajeros viajen en diciembre al extranjero.
Otra agencia de viajes, UTour International Service, afirmó que espera un crecimiento de entre 10 y el 15 por ciento en el número de viajeros en diciembre con respecto al mismo mes del año pasado, todo esto gracias al incremento al smog.
Con las alertas de contaminación, las escuelas suspenden clases, algunas empresas dejan que sus empleados trabajen en casa, dando la posibilidad de viajar para escapar del esmog.
Los principales puntos de origen para estos viajes, proceden de Beijing, Tianjin y la provincia de Hebei y sus destinos suelen ser situados en el sur de China.
Hasta el día de hoy Beijing supera los 300 puntos en el índice de calidad de aire, cuando ya arriba de 100 es un número considerable para dañar la salud, y en otras ciudades de la mitad del norte del país, como Shijiazuang se han alcanzado los 700 puntos.
“Los pequineses están acostumbrados a que el invierno, sobre todo por el uso de calefacción alimentada por carbón, sea la peor época del año en lo que a calidad de de aire se refiere, aunque en los últimos tiempos, desde que en 2015 comenzaron las alertas rojas preventivas, el miedo al esmog ha aumentado.
China ha registrado desde hace mucho tiempo uno de los peores niveles de contaminación de aire en el mundo, la cual ha sido atribuida a su alto consumo de carbón mineral para la generación de energía eléctrica y la producción industrial, así como a un excedente de automóviles viejos y menos eficientes en las carreteras. Beijing y otras ciudades han tratado de mejorar la calidad del aire utilizando gas natural en lugar de carbón mineral en sus plantas termoeléctricas, y mediante el uso de flotas de autobuses y taxis eléctricos.