Si padeces lactosa, gluten o diabetes y deseas darle rienda suelta a tus antojos, sigue estos consejos sobre pequeños cambios en tu dieta para sobrellevar estos padecimientos que son bastante populares.
Lo importante es dejar a un lado las dietas “restrictivas”, lo único importante es mantener un balance alimenticio, para disfrutar de todas las cosas ricas de la vida sin sacrificar tu salud y bienestar físico.
Pon todo en balance, una dieta saludable es aquella que incluye todos los grupos de alimentos.
“Una alimentación sana debe incluir, al día, al menos un elemento de cada grupo alimenticio”, comentó la nutrióloga Jazmin Nieves de Kashi.
Recuerda que hacer una dieta de restricción completa de ciertos alimentos puede romper tu balance alimenticio y, por ende de tu organismo; así que, antes de hacer cualquier cambio en tu dieta consulta primero con tu medico y sobre todo, busca entender la forma en cómo tu organismo procesa los alimentos.
En el tema del gluten, que es una proteína natural encontrada en cereales como el trigo, cebada, centeno y a veces en la avena, por lo que las dietas libres de gluten deberán excluir esos cereales y sus derivados sustituyéndolos por harinas alternativas.
“La dieta sin gluten es únicamente para las personas que son alérgicas y sensibles,” afirma la nutrióloga con respecto a la creencia que este tipo de recomendable restricciones ayudan a perder peso.
Las harinas de sorgo, de arroz, de avena (si el empaque indica que es libre de gluten), de coco y maíz son un excelente sustituto de los productos con gluten y así, no eliminarás los carbohidratos de tu dieta.
Busca recetas de pan de maíz o tortitas dulces de arroz y, si a esto le agregas alguna semilla o fruto seco, tendrás un gran bocadillo.
Por otro lado, en el caso de la lactosa, no es recomendable dejar se consumir leche de origen animal y sus derivados, pues este grupo alimenticio proporciona calcio y proteínas al organismo.
Si aún tienes ese antojo de cheesecake o un licuado de plátano en la mañana, puedes hacer mezclas al 50 por ciento de leche de vaca con leche de almendra (que también tiene gran cantidad de proteína), de arroz, de soya o de coco.
O bien puedes elegir yogurth de soya o tofu para para elaborar recetas saladas o sustituir el queso. Lo importante es escuchar a tu organismo: si el queso fresco te hizo sentir mal, opta por quesos madurados.
Por último, si padeces de diabetes, la miel de agave, la miel de abeja o, bien, los mismos azúcares provenientes de las frutas serán grandes amigos para satisfacer el antojo.
Cocinar con estos alimentos no es nada complicado y, de hecho, le añadirá un toque fragante a las preparaciones.