Redacción/El Nacional
La privacidad y la seguridad son dos términos que, juntos, allanan el camino hacia el buen uso de internet y las nuevas tecnologías. Cada vez más la sociedad se acelera a un nuevo entorno en donde todos los objetos cotidianos mutan en nuevas formas gracias a conectarse. Y con ellos los datos personales viajarán quién sabe a dónde.
En el día de la protección de datos se buscó concientizar sobre el alcance para la intimidad personal de fenómenos como el “Big Data” o el “Internet de las cosas”.
La irrupción de la tecnología ha supuesto una nueva vía de entrada a datos personales y a la posibilidad de que «hackers» accedan a información sensible de las personas. Esto no ha pasado por alto para las autoridades europeas de protección de datos (Grupo de Trabajo del Artículo 29), que en septiembre elaboraron un primer dictamen al respecto.
La información tiene valor y puede utilizarse de diversas formas, en muchos casos con fines ilícitos que corrompen los datos personales de los usuarios.
“De la misma manera que protegemos nuestros bienes materiales para evitar que estos sean robados y utilizados por terceros, ¿por qué razón no debemos hacer lo mismo con nuestra información?”, destaca David Puron, vicepresidente de ingeniería de Blackphone, un modelo de teléfono móvil inteligente que apuesta por la seguridad y privacidad.
A su juicio, en la actualidad existe una brecha de seguridad digital percibida como “un grave problema” y que puede llegar a hundir empresas si estas no son capaces de reaccionar de manera rápida y correcta. Pero los usuarios son cada vez más conscientes de ello.
“Hay sociedades como la estadounidense o la alemana que son mucho más susceptibles a aspectos relacionados con la privacidad. Para estas sociedades, debido a su historial social y político, el derecho a la privacidad se ve ciertamente como un derecho humano. Otras sociedades, como la española, no lo son tanto y, a pesar de que cada vez es más gente la que se empieza a plantear determinadas cuestiones acerca de la privacidad, llevará quizás algunos años hasta que sea plenamente consciente y se empiecen a tomar acciones al respecto”, señala.
En ese sentido, las nuevas generaciones asumen los riesgos de acceder a internet, pero los expertos instan a los educadores y familias a velar por la formación de los más pequeños.
“Cada vez la gente utiliza más y mejor las herramientas que se ponen a su alcance, pero aún queda mucho trabajo de formación a nivel escolar”, reconoce Paula Ortiz, responsable jurídica de la patronal de publicidad, marketing y comunicación en medios digitales IAB.
El reto es dotar a la ciudadanía de herramientas digitales y que el propio usuario ponga empeño en proteger su privacidad.