El presidente de la Confederación Nacional Campesina, Manuel Cota Jiménez, visitó al titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), José Calzada Rovirosa, para entregarle, junto con integrantes del comité ejecutivo y legisladores que forman parte de la bancada campesina en la Cámara de Diputados, las conclusiones del 77 Congreso Extraordinario de la CNC “Transformando el Campo de México”, efectuado a finales de agosto en Durango, con lo que se manifestó que se trabaja en la Reforma Profunda al agro.
El líder de la CNC destacó el respaldo de los legisladores cenecistas –coordinados por Francisco Javier Santillán Oceguera– e integrantes de la organización campesina para trabajar de manera estrecha con el Gobierno de la República e impulsar las transformaciones que requiere el campo, a fin de consolidarlo como un sector fuerte y competitivo.
De acuerdo con el documento, el sector rural mexicano requiere de una serie de políticas públicas que puedan integrarse a una Ley de Seguridad y Competitividad Agroalimentaria o incorporarse a la Ley de Desarrollo Rural Sustentable que le den certidumbre a los campesinos mexicanos sobre qué producir, a qué precios vender y quién les va a comprar con un horizonte de largo plazo y no, como todavía sucede, que ciclo con ciclo la incertidumbre lastima el esfuerzo de los productores.
“Tanto las políticas públicas como los presupuestos que las apoyan deben ser de carácter multianual, considerando la diversidad en el entorno agroecológico, climático y sociocultural que prevalece en el país”, se destaca en las conclusiones.
También que en el sector rural mexicano existen diferentes estratos de productores, por lo que es fundamental que las políticas públicas sean diferenciadas y respondan y atiendan adecuadamente a cada uno de ellos, pues “si queremos que los resultados sean diferentes en el futuro, debemos evitar seguir haciendo más de lo mismo”.
Para el senador Manuel Cota Jiménez, lo anterior se puede lograr dando un enfoque territorial a las políticas para promover un desarrollo rural más justo y equitativo.
“Se debe de buscar dar más competitividad a esas regiones marginadas, canalizando apoyos y servicios que respondan a una buena planeación, que permitan impulsar proyectos productivos integrales y sustentables, donde se incluyan inversiones en infraestructura y equipamiento, asistencia técnica, capacitación; la promoción y adopción de innovaciones tecnológicas y el impulso de asociaciones en participación con todos los actores de cadenas prioritarias de cada región.
Asimismo, rescatar las Unidades de Riego (URDERALES) que fue la primera forma de organización con la que impulsó y apoyó a los campesinos la entonces Secretaría de Recursos Hidráulicos, y que en los 60 y 70, con el gobierno e incluso el Banco Mundial, alcanzaron muy altos niveles de productividad.
“Hoy están abandonadas. No las atiende la Comisión Nacional del Agua ni la SAGARPA ni los gobiernos estatales”, denunciaron los cenecistas en su pasado congreso.
Hoy con nuevas tecnologías y con el trabajo y el apoyo conjunto de las instituciones, impulsando y actualizando su estado jurídico, las URDERALES son rescatables y así los recursos que hoy el gobierno da al campo y que difícilmente ve resultados, aquí se estaría invirtiendo directamente en la producción.