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Nancy Vázquez/El Nacional

Aseguran expertos que, es normal que todos los días, una persona pierda entre 60 y 100 pelos. Pero entre los problemas hormonales, de nutrición o genéticos que pueden provocar que una mujer pierda más cantidad de cabello, cayendo a la categoría de anormal, se encuentra el estrés, mal que parece aquejar una inmensa mayoría de personas.

Dicen que están con alta carga de trabajo y presión, y vienen porque quieren detener a tiempo el problema de la caída del cabello para continuar con su rutina habitual de belleza”, comentó Carla Naves, doctora de la Clínica Avaria.

En general se trata de mujeres de entre 35 y 50 años la  mayoría  que padecen alopecia femenina, se ha determinado que las primeras partes de la cabeza que comienzan a evidenciar una caída anormal de pelo es la parte superior de la frente, formando un cintillo, y la línea media de la cabeza, lo que hace parecer que se tenga una partidura raramente más ancha.

Afortunadamente, la mayoría de las mujeres que llega a consultar por caída del cabello lo hace a tiempo”, aseguró Avaria, explicando lo trascendental que es el que el folículo piloso aún esté vivo para comenzar un tratamiento que frene la caída capilar.

Uno de esos tratamientos, cuando se trata de estrés, es el que se conoce como Plasma Rico en Plaquetas (PRP), y que consiste en extraer de la sangre de las pacientes una fracción de plasma que luego será aplicado en el cuero cabelludo a través de microinyecciones.

“A partir del primer mes de tratamiento, se nota una disminución de la caída del cabello. Al cuarto mes, se puede ver una recuperación del cabello de entre 10% a 30%”, señaló la doctora, sobre este procedimiento que debiera realizarse al menos 3 veces cada 30 días para ver resultados. Luego, se recomienda una vez cada 8 meses.

La especialista recomienda:

  • Realizar deporte u otra actividad que disminuya la carga de estrés.
  • Consumir alimentos con hierro (carnes rojas), ácido fólico (maní, lentejas), zinc (frutos secos, soya), vitamina A (huevos, verduras, aceites de girasol y de oliva) y vitaminas del complejo B (B6 y B12 en pescado, carne de vacuno, cereales integrales, etc.).
  • Evitar usar peinados que tiren del cabello, con moños o pinzas, y procurar peinarse con peines de dientes separados y cepillos con cerdas naturales.