Entre 900 y 1.000 muertes por suicidio pueden prevenirse anualmente en el Perú, con el apoyo oportuno de familiares o amigos. El primer paso es tener una actitud de ayuda y mostrar acercamiento a la persona que atraviese esta dificultad.
Yuri Cutipé Cárdenas, director de Salud Mental del ministerio de Salud (MINSA), señaló que el suicidio no debe entenderse como una enfermedad, sino como una conducta que acompaña a un problema de salud mental de origen familiar o social.
“Escuchar a la persona detenidamente, no cortarle las ideas ni dejarlo hablando solo. Posteriormente, se le puede alcanzar ideas positivas que le ayuden a salir de la situación de crisis”, recomendó Cutipé Cárdenas.
Manifestó que es importante acompañar a la persona a buscar ayuda, de modo que se sienta respaldada y no dude en acudir a los profesionales de la salud.
Dijo que la conducta suicida es un fenómeno que puede presentarse en personas que sufren de abatimiento emocional (desesperanza), aislamiento, que manifiesta deseos de morir o algún propósito para quitarse la vida. Por ello, su detección oportuna será clave para poder evitar un daño autoinflingido y la muerte.
“De cada tres casos de suicidio, dos se encuentran asociados con la depresión y el resto con problemas como violencia familiar, alcoholismo, esquizofrenia, problemas propios de la vida. Los grupos más afectados en el país son los jóvenes y adolescentes, adultos mayores y mujeres víctimas de maltrato”, reveló el especialista.
Indicó también que la ingesta de sustancias nocivas como veneno o lejía es el medio más frecuente de suicidio, por lo es importante tener un almacenamiento seguro de estos productos y alejado de personas con ideas de autoagresión.